jueves, 28 de enero de 2016

PRIMERA ACTIVIDAD (1º, 2º, 3º DE ESO Y FPB)

CON TODOS LOS SENTIDOS

Cualquier momento es bueno para salir a correr
No tengo conciencia de mí sin unas bambas en los pies.
La ventaja de crecer en un entorno rural es que los límites son relativos y las extensiones muy amplias. Quizá por esta razón calzarme las bambas e ir a explorar el territorio siempre me ha parecido fascinante. En cierto momento, incluso necesario.
Tanto da si llego de trabajar, o si llevo mucho rato leyendo, escribiendo o pensando; tanto da si me acabo de levantar, o si todo el mundo permanece aún en silencio, con la cabeza descansando sobre la almohada. Salir campo a través me activa todos los sentidos. Cualquier momento es bueno para salir a correr.
Un momento sugerente es al alba, cuando el día empieza a despuntar detrás de las montañas y los pájaros canturrean al oír unos pasos que se acercan, como si estuvieran esperando este murmullo para despertar. La luz cada vez es más intensa, pero se presenta con timidez y sin imponerse, como el ritmo de mi carrera. En este momento del día toda carrera vale, todo está todavía por hacer, y todo es posible.
Un momento especial es cuando llueve, cuando los olores impregnan la nariz con mil y un matices; cuando las imágenes alcanzan dimensiones desconocidas al filtrarse a través de
las pequeñas gotas; cuando el tacto es frío, poco preciso pero muy intenso, claramente sensible al contraste del sudor tibio y la lluvia. En este momento, la carrera se hace más amena, ya que la frescura del ambiente se contagia.
Un momento intuitivo es el atardecer, cuando la luna gana al sol y las sombras se desdibujan hasta desaparecer, cuando la huella responde a una información carente de seguridad pero llena de firmeza. Es éste el momento en el que corro hacia la oscuridad, alejándome de un día que se acaba y adentrándome en una noche llena de sueños por cumplir.
Un momento reconfortante es cuando busco mi límite, cuando necesito evadirme y pido a mi cuerpo que se imponga sobre mi mente: falta oxígeno, falta fuerza, falta sensación, la percepción se altera, falta coordinación, falta intención, falta todo. En este momento, bajo el ritmo para recuperar nuevamente el control sobre mi cuerpo y mi mente.
Pero el momento más mágico es cuando corro con mis hijos, a su lado nada es tan importante como verlos disfrutar en su experiencia. La carrera es un divertimento lleno de imprevistos y descubrimientos; la intensidad, la duración, el recorrido y la dificultad de la carrera la marcan ellos. En este momento, cada paso
hacia delante supone un descubrimiento, un reto, un aprendizaje, y yo lo comparto porque ellos me lo permiten.
El hecho de ponerme unas bambas y salir a correr es una experiencia llena de sentido.


   Raquel Font Lladó, Aula de Innovación Educativa, nº 213-214, julio-agosto 2012, Editorial Graó


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